viernes, 14 de enero de 2011

Hugo Chávez, El Huerfanito


( capítulo primero )

A las siete y media en punto me avisan de conserjería. En el lobby del hotel aguarda mi asistente militar. En el trayecto hacia La Casona pregunto al comandante si me recomienda evitar algún tema de conversación.

- No. Ya usted sabe que Hugo Chávez se faja con el más guapo. Quizás sea conveniente, doctor, que no toque usted la vaina de mis Venezuela.
Tomo nota y me animo a formular la misma cuestión en positivo.

- ¿Asuntos que son del agrado del ciudadano emperador?

El oficial me indica que Chávez, al día de hoy, se interesa vivamente por la farmacopornografía como motor del mercado en la economía capitalista de este siglo. Búster Keaton y yo primos hermanos. Me quedo con gana de preguntarle a mi amabilísimo acompañante si sabe dónde se encuentra mi gato.

Recorro las preciosas galerías coloniales de la residencia oficial del número uno de la república venezolana. No aprecio cambio alguno respecto de la que frecuenté en tiempos de Carlos Andrés Pérez, Herrera Campíns y Rafael Caldera. Reveo con placer los óleos del maestro Armando Reverón. Envuelto en la niebla del pasado, no espabilo hasta que me estremece el abrazo de oso que me propina el compañero Chávez. Acabo de perder la única preocupación que sentía. Modo y manera de saludar a un emperador presidente de república bolivariana.

- ¡Cónchales! ¡Qué bien luces después de tanto tiempo! ¿Dónde fue que tú te metiste mi compay?

.

10 comentarios:

  1. Cónchales! qué fácil resulto todo al final.
    ¿Donde estaba el gato?
    Mi beso especial para ti.

    ResponderEliminar
  2. HA DESAPARECIDO. El animal que duerme conmigo se dió a la fuga...Otro cinco estrellas para Duna.

    ResponderEliminar
  3. Curioso y breve relato ...que deja ganas de más...!!!

    Un abrazo Manuel Mª

    ResponderEliminar
  4. Gracias, amiga Merce. Si te ha gustado, te prometo más capítulos...Abrazos bolivarianos.

    ResponderEliminar
  5. Me muero por saber el "continuará"... Una pena lo del gato, quizá debiste preguntar.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Agradezco a Pilar su interés por el animal que dormía conmigo...

    ResponderEliminar
  7. Pues sí María, esa es la duda que arrastraré el resto de mi vida...Otro para tí.

    ResponderEliminar
  8. No puedo esperar las confidencias que "Chavez candangas" puedas sacarle al susodicho.
    Más besos

    ResponderEliminar

Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!