miércoles, 8 de agosto de 2012

Servicio de habitaciones


(foto tomada por el autor)

Vuelvo a tierra. Abandono el mar con hambre, sed y sueño.
En el hotel marco el número nueve y me responde una bien timbrada
voz de mujer: 
- Servicio de habitaciones ¿dígame?
¡Qué reconfortante me resulta el primer desayuno del resto de mi vida!